Cuando se habla de química, es fácil hacerse una idea mental: científicos trabajando en sus laboratorios o grandes industrias, ¿en qué pensaste primero? Pues bien, vamos a ver una imagen bien distinta y un tanto más cercana:
Los elementos de la foto resultan familiares, ¿verdad? Y sin embargo, todo es química. Desde los polímeros inorgánicos naturales presentes en las cerámicas y el vidrio, las siliconas, el poliuretano de colchones y cojines o el teflón (politetrafluoretileno) que recubre las sartenes, hasta las reacciones de combustión que permiten calentar una casa, cocinar alimentos o encender el calentador del agua.
Algunos alimentos también tienen aplicaciones sorprendentes debido a los compuestos que los forman. Por ejemplo, las antocianinas presentes en la lombarda son las responsables de su color morado característico y la extracción de estos compuestos de las hojas de la lombarda permite utilizarlas como indicadores ácido base.
¿Cómo? Es fácil, machaca en un mortero la hoja de lombarda finamente troceada con un poco de agua. Filtra, por gravedad, el líquido obtenido, y ya estás listo para usar el indicador. Para probarlo, añade en un vaso un poco de agua con extracto de lombarda y unas gotas de amoníaco casero. Si soplas a través de una pajita de refresco, ¿qué cambios de color observas en la disolución? Y, ¿qué ocurre si luego añades vinagre? Identifica la acidez resultante de cada disolución en base a los colores de la escala de pH de la imagen anterior.
Mediante esta actividad estamos trabajando la parte final de contenidos del Bloque 3 de 4º de ESO acerca de reacciones de especial interés, valorando su importancia en aplicaciones cotidianas y en la industria.